VIRUS DEL PCCH
Registran 34 casos de abortos espontáneos y bebés nacidos muertos tras vacunación anti COVID-19
POR MEILING LEE
Treinta y cuatro casos de mujeres embarazadas que experimentaron abortos espontáneos o nacimientos de niños muertos después de recibir la vacuna anti COVID-19, se registraron en el Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS).
El VAERS es un sistema de notificación pasiva que permite a las personas presentar un informe de un acontecimiento adverso tras la vacunación. Está gestionado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Una investigación financiada por los CDC demuestra que menos del uno por ciento de las reacciones a las vacunas se notifican en el VAERS.
Las notificaciones hechas al VAERS no significan necesariamente que una vacuna pueda haber causado el acontecimiento o la reacción. En el caso de los abortos espontáneos, se etiquetan como abortos espontáneos o abortos.
Muchos casos de abortos espontáneos se produjeron en el primer trimestre o en las primeras 12 semanas del embarazo y 25 de ellos después de que a las madres se les aplicó una vacuna de Pfizer-BioNTech. Por otra parte, cuatro casos de muertes fetales ocurrieron en el segundo trimestre (semanas 13-27) o en el tercer trimestre (semanas 28-40).
Según Verywell Health, un recurso en línea sobre temas relacionados con la salud, “las investigaciones sugieren que entre el 10 y el 20 por ciento de las mujeres con un embarazo confirmado finalizará en aborto espontáneo. El 80% de ellos ocurrirá durante el primer trimestre”
Un trabajador sanitario administra una dosis de la vacuna contra el coronavirus COVID-19 de Pfizer-BioNtech a una mujer embarazada en los Servicios de Salud Clalit, en Tel Aviv, Israel, el 23 de enero de 2021. (Jack Guez/AFP vía Getty Images)
En uno de los casos, una doctora de Tennessee, con cinco semanas de embarazo, sufrió un aborto espontáneo 13 días después de ser inmunizada con una vacuna de Pfizer. La mujer, de 31 años, no tenía alergias ni antecedentes médicos conocidos.
Por otro lado, una enfermera de Indiana de 33 años que cursaba su tercera semana de embarazo, sufrió un aborto espontáneo cinco días después de recibir la segunda dosis de Pfizer. Ella también informó que la reacción adversa le causó un defecto de nacimiento.
Una mujer de 32 años de Virginia, que estaba embarazada de ocho semanas, informó que sufrió un aborto espontáneo cinco días después de aplicarse la primera dosis de una vacuna de Moderna. Ella consultó con dos ginecólogos y obstetras antes de recibir la vacuna el 14 de enero. Dos días después experimentó calambres abdominales y hemorragias vaginales. Tuvo un aborto el 19 de enero. Ella solo había estado tomando vitaminas prenatales.
En Michigan, una mujer de 35 años que estaba embarazada de 28 semanas y cinco días dijo que los movimientos del bebé disminuyeron dos días después de su primera vacuna de Pfizer, en diciembre de 2020. La mujer dio a luz a un bebé muerto que pesaba dos libras y siete onzas a las 29 semanas. Ella estaba siendo monitoreada de cerca por una anormalidad del cordón umbilical llamada inserción velamentosa del cordón.
Tanto Pfizer como Moderna no respondieron a la petición de comentarios de The Epoch Times.
La FDA no respondió a la pregunta de The Epoch Times sobre si la agencia reguladora estudiará el informe de VAERS. Un portavoz de la FDA dijo a The Epoch Times en un correo electrónico que sus expertos en la materia, quienes trabajan con las vacunas, están “bastante ocupados” en este momento.
La doctora Shelley Cole, ginecóloga-obstetra y miembro de America’s Frontline Doctors, dijo que es preocupante que se recomiende a las mujeres embarazadas y lactantes una vacuna que todavía está en fase experimental y que la ciencia no las proteja.
“Como ginecólogo-obstetra, es preocupante”, dijo Cole a The Epoch Times. “Estamos [ahora] tirando la ciencia y el método de la medicina científica por la ventana y poniendo en peligro los embarazos y los futuros embarazos”.
“Me preocupa que los CDC digan que no hay estudios, pero que está bien que se la apliquen y que ni siquiera tengan que hablarlo con su médico”, añadió Cole. “Quiero decir que esto es lo contrario de todo lo que los modelos y métodos científicos y el estándar de atención han sido durante un siglo”.
En su guía sobre “Consideraciones sobre la vacunación para personas embarazadas o en periodo de lactancia”, los CDC afirman que las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia que “forman parte de un grupo recomendado para recibir la vacuna COVID-19, como el personal sanitario, pueden optar por vacunarse” y que no es necesario que lo discutan con su médico “antes de la vacunación”, a pesar de que hay pocas pruebas “disponibles sobre la seguridad de las vacunas COVID-19” en este grupo.
Tampoco hay datos de seguridad sobre los “efectos de las vacunas de ARNm en el bebé en amamantamiento o en (período) de la producción/excreción de leche”, aún así la vacuna “no se considera un riesgo para el niño amamantado”.
El logotipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su sede en Ginebra, Suiza, el 24 de febrero de 2020. (Fabrice Coffrini/AFP vía Getty Images)
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en un comunicado de prensa del 8 de enero, dijo que no recomienda la vacuna COVID-19 de Pfizer para las mujeres embarazadas a menos que ellas estén en alto riesgo de exposición, como es el caso de una profesional de salud.
“Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de contraer el COVID-19 que las no embarazadas, y el COVID-19 se ha asociado a un mayor riesgo de parto prematuro”, dijo la OMS. “Sin embargo, debido a la insuficiencia de datos, la OMS no recomienda la vacunación de las mujeres embarazadas en este momento”.
La OMS emitió inicialmente la misma recomendación para la vacuna Moderna el 26 de enero, pero la revisó tres días después, diciendo que “no tenemos ninguna razón específica para creer que habrá riesgos específicos que superen los beneficios de la vacunación para las mujeres embarazadas”, por lo que las mujeres embarazadas en el entorno de la atención sanitaria o “que tienen comorbilidades que aumentan su riesgo de enfermedad grave” pueden recibir la vacuna.
Las mujeres embarazadas o en período de lactancia fueron excluidas de los ensayos de la vacuna COVID-19 de Pfizer y Moderna, pero Pfizer está llevando a cabo actualmente un ensayo de fase 2/3 con 4000 mujeres embarazadas sanas a las que se les administrará la vacuna durante el segundo y tercer trimestre.
Las agencias gubernamentales de salud y el personal sanitario que recomiendan las vacunas afirman que las mujeres embarazadas “tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades graves, incluidas las que provocan el ingreso en la UCI, la ventilación mecánica y la muerte, en comparación con las mujeres no embarazadas en edad reproductiva”.
La doctora en medicina Denise Jamieson, con maestría en Salud Pública, presidenta del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, recomienda a las mujeres embarazadas que se vacunen independientemente del trimestre en el que se encuentren, pero reconoce que faltan datos de seguridad.
“Si es una trabajadora de la salud en un entorno sanitario, está en riesgo todos los días”, dijo Jamieson a la Red JAMA el 8 de febrero. “Así que yo aconsejaría vacunarse pronto y no retrasarlo independientemente del trimestre”.
“Creo que otra de las cosas realmente importantes es que solo porque pensemos que los beneficios superan a los riesgos, eso no nos exime de informar los riesgos”, añadió Jamieson. “Creo que una cosa que me preocupa es que, ya saben, 15,000 mujeres fueron vacunadas, las personas embarazadas fueron vacunadas y sin embargo tenemos realmente poca información sobre la seguridad y eso no está bien”.
Hidroxicloroquina para COVID-19
La guía actual de los CDC para los pacientes positivos al COVID-19 es aislarse en casa y vigilar los síntomas mientras se mantiene la hidratación, y que se tomen “medicamentos de venta libre como el paracetamol”. Los tratamientos médicos solo están disponibles para los pacientes hospitalizados.
La Dra. Cole, aunque está certificada en obstetricia y ginecología, ahora se centra solo en ginecología. Ella ha tratado a más de 550 pacientes con COVID-19 y dice que entiende el miedo que puedan tener las mujeres embarazadas a contraer una enfermedad grave por COVID-19.
Sin embargo no está de acuerdo con los CDC, ya que dice que la gente tiene la opción de recibir un tratamiento temprano con hidroxicloroquina en lugar de esperar hasta que la enfermedad progrese y requiera hospitalización. También recomienda tomar 1000 miligramos de vitamina C dos veces al día y “de 2000 a 5000 unidades internacionales al día” de vitamina D para ayudar a reforzar el sistema inmunitario.
Las personas deben consultar con su médico antes de tomar los suplementos.
“Así que da miedo, da miedo, pero la gran mayoría de las mujeres que están embarazadas son menores de 40 años, la tasa de mortalidad es extremadamente baja”, dijo Cole. “La gente no tiene que ir al hospital si se trata a tiempo o si utiliza la prevención temprana”.
“Ahora la hidroxicloroquina es segura en mujeres embarazadas, es segura en cualquier grupo de edad, es segura en mujeres que están amamantando”, añadió.
La hidroxicloroquina es un medicamento aprobado por la FDA que se utiliza desde hace 65 años para tratar el lupus, la artritis reumatoide y la malaria. Se prescribe a varios grupos de personas, como mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, niños y personas inmunodeprimidas.
Mapa de los lugares del mundo donde se utiliza actualmente la hidroxicloroquina para la COVID-19 el 1 de marzo de 2021. (Cortesía de c19study.org)
La politización del medicamento sigue eclipsando los estudios que demuestran que la hidroxicloroquina es segura y eficaz en el tratamiento de la COVID-19.
Según c19study.org, que hace un seguimiento de los ensayos clínicos sobre la hidroxicloroquina en todo el mundo, los 27 estudios sobre la hidroxicloroquina en el tratamiento temprano informaron de un “efecto positivo y una reducción estimada del 65 por ciento en el efecto medido (muerte, hospitalización, etc.)”. Sin embargo, el fármaco “no es eficaz cuando se utiliza muy tarde con dosis altas durante un período prolongado”.
La FDA dice que la hidroxicloroquina no está aprobada para el tratamiento de COVID-19.
Los fabricantes de vacunas a los que se les concedió una autorización de emergencia de la FDA gozan de inmunidad en cuanto a la responsabilidad por cualquier acontecimiento adverso que puedan experimentarse tras recibir una vacuna COVID-19. Las personas afectadas por la vacuna deben presentar un reclamo en el plazo de un año y demostrar su afección en virtud del Programa de Compensación de Lesiones por Contramedidas, establecido como resultado de la Ley de Preparación Pública y de Emergencia (pdf) de 2005.
Fuente: The Epoch Times en español
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