Estamos en medio de una guerra psicológica

Este es un articulo que consta de varias partes , y tiene mucha información relevante , que explica a profundidad lo que hemos estado viviendo en estos últimos años , cual es el plan que tienen los «hacedores» de esta guerra , vale la pena leer todo lo que se expone en este informe , y además puedes buscar en los links abajo , para expandir la información

Covid-19: Una operación militar psicológica, Parte I

Los Medios de oficiales de información son las principales «armas»de esta guerra

Estamos en guerra, gente, una guerra unilateral. Los luchadores por la libertad de Estados Unidos han perdido el rumbo y no pueden discernir que los enemigos están en lo más profundo de su medio. Esto se debe a que la guerra de hoy es psicológica. Ningún adversario de la libertad ha sido capaz de conquistar el mundo entero a través del combate militar: la humanidad siempre vio lo que venía y se defendió. Pero esta vez es diferente. Los estadounidenses y las personas en otras naciones libres no tienen ni idea de que han estado bajo un ataque enemigo desde el inicio de Covid-19, y que un psyop militar diabólico ha estado en marcha.

El gobierno y el ejército infiltrados de Estados Unidos están a la vanguardia de esta operación psicológica, junto con China. Bajo el disfraz de la agenda global comunista de Desarrollo Sostenible, que está profundamente arraigada en los gobiernos mundiales, esta cruzada para globalizar y «reiniciar» el mundo está en oposición directa a los valores e ideales de Occidente. Si se le permite llegar al poder, la colosal y crueldad de este nuevo sistema tecnocrático no se comparará con ningún régimen tiránico anterior. Actualmente estamos presenciando un pequeño indicio de esa crueldad a través de los confinamientos, el uso forzado de máscaras y las graves órdenes que erradican los derechos de los no vacunados a trabajar, asistir a teatros o visitar centros comerciales. El «infierno en la tierra» está llegando porque los enemigos de la libertad han creado un psyop global bien organizado utilizando un virus falso llamado Covid-19, y sus armas son el control mental y las vacunas que alteran el ADN.

¿Qué son los psyops? Usemos la propia definición del Departamento de Defensa de los Estados Unidos sobre la palabra, ya que han estado ejerciendo una guerra psicológica desde la Primera Guerra Mundial:

Los psyops son el uso de propaganda y tácticas psicológicas para influir en las emociones y los comportamientos.

Los «Informes de Operaciones de Contrainsurgencia» del Departamento de Desarrollo de 2004 y 2010 explican un psiop de la siguiente manera:

La misión de las operaciones psicológicas (psyops) es influir en el comportamiento de las audiencias objetivo extranjeras para apoyar los objetivos nacionales de los Estados Unidos. Un psyop logra esto transmitiendo información seleccionada y asesorando sobre acciones que influyen en las emociones, los motivos, el razonamiento objetivo y, en última instancia, el comportamiento de audiencias extranjeras. El cambio de comportamiento está en la raíz de la misión psyop.

¿Captaste esa última frase? El objetivo de un psyop es el cambio de comportamiento. Las modificaciones de comportamiento ocurren a través de técnicas de control mental. Las operaciones psicológicas utilizan múltiples capas de engaño e involucran a numerosos jugadores. Debido a que los militares están involucrados, el encubrimiento es extenso. Los psyops se pueden aplicar para investigar los efectos psicológicos en ciertas áreas pobladas, para la persuasión política o para invadir un país.

El genocidio de Ruanda en 1994 es un ejemplo de cuán fácilmente el comportamiento y las emociones pueden transformarse a través de un psyop bien organizado. La milicia hutu exterminó a 800.000 tutsis (ciudadanos de Ruanda) en solo 100 días, demostrando al mundo cómo se puede obligar a la gente común a hacer actos impensables en un corto período de tiempo. La propaganda planeada incluía un bombardeo constante de mensajes sugerentes a través de la radio y los periódicos. Las escuelas se unieron e implementaron enseñanzas anti-tutsis en el plan de estudios. Las revistas usaban psicología inversa y publicaron caricaturas que mostraban a los tutsis matando a los hutus. Una publicación imprimió la imagen de un machete en su portada, con el titular ¿Qué hacer con los tutsis? Ese engaño psicológico se quedó en la mente, y el machete se convirtió en el arma preferida. Los hutus masacraron a vecinos, amigos y esposas. Incluso los sacerdotes hutus mataron a sus propios feligreses tutsis.

Las huellas del Departamento de Defensa estaban en todo el genocidio tutsi, y no creo que fuera la supervisión lo que hizo que Estados Unidos le dio la espalda a cientos de miles de seres humanos indefensos, especialmente cuando pudieron transportar por aire a los estadounidenses fuera de Ruanda durante la masacre. En 1996, solo dos años después del genocidio, el ejército estadounidense estaba en Ruanda entrenando a militares ruandeses en entrenamiento de contrainsurgencia.

Lavado de cerebro

Desde que se originó la pandemia de Covid-19, se ha ejecutado una psicología encubierta similar contra las masas a través de una amplia cobertura mediática y propaganda. Franjas de falsedades sobre el número de casos de Covid bombardean las noticias a diario. Las imágenes de personas enfermas y los «héroes» que trabajan incansablemente en los pacientes Covid en los hospitales se salpican en revistas y sitios web para crear una falsa realidad. Los letreros y las pegatinas del piso que nos advierten que nos mantengamos a seis pies de distancia están pegados en tiendas minoristas y restaurantes. Las transmisiones cíclicas a través de altavoces dentro de las áreas públicas nos recuerdan que debemos mantenernos distanciados y usar máscaras. Los letreros de las autopistas en todas partes muestran advertencias intrusivas de pandemia y hacen alarde de la necesidad de vacunas. Estas tácticas repetitivas son una clave integral para el control del pensamiento y mantener a las personas en un estado de obediencia.

Uno de los primeros enfoques utilizados por los globalistas para lavar el cerebro de la población fue aislar a todos a través de los confinamientos y separarlos de la familia y los amigos. Esta táctica inicia el proceso de desprogramación. Las reglas de «quedarse en casa» mantuvieron a los ciudadanos secuestrados dependientes de las únicas ideas e información a las que tenían acceso constante: los medios de comunicación. Esto permitió a los infiltrados en el gobierno moldear los procesos de pensamiento de la sociedad con respecto a la historia de la pandemia.

La siguiente estrategia de lavado de cerebro fue implementar la mentalidad de «nosotros» contra «ellos», que causa división y enfrenta a un grupo contra otro para lograr un resultado de lealtad. A ambos grupos se les dice que elijan un lado, y si no eligen el lado correcto, se les etiqueta como «propagadores de enfermedades» y parias. Por supuesto, esta demolición psicológica dirige a la mayoría hacia la elección del equipo popular. Esta persuasión coercitiva se logró a través de las órdenes de máscaras y ahora está progresando psicológicamente al enfrentar a los ciudadanos vacunados contra los no vacunados. Las constantes acusaciones, intimidaciones y castigos contra los marginados que se niegan a vacunarse o usar máscaras tienen la intención de inducir miedo, humillación y depresión. Este grupo será continuamente «apedreado» hasta que cambien de rumbo.

Cuando la población obediente cerró sus negocios y se enjauló dentro de sus hogares, aceptando ciegamente las políticas médicas anormales y las rutinas de vida depravadas como la «nueva normalidad», sus emociones, razonamientos objetivos y comportamientos se metamorfosearon rápidamente en un lugar de entrega y negación. Los datos actuales que muestran 641 millones de pruebas de Covid administradas hasta ahora en los Estados Unidos demuestran cuán efectivo ha sido este psyop para crear paranoia. Cuando se introdujo el «machete» de ARNm a través de todos los medios de comunicación como único medio con el que detener la pandemia, la mayoría condicionada abrazó las falsedades de que la inmunidad de rebaño no detendría el virus.

Los ataques psicológicos impredecibles y abusivos de nuestro gobierno y militares contra ciudadanos estadounidenses son similares a las técnicas de lavado de cerebro utilizadas en prisioneros de guerra, rehenes y miembros de sectas. Se ordenaron mandatos de máscaras porque privar a las personas de oxígeno es sádico. Tal abuso genera una población «fatigada por la batalla», similar al tipo de cansancio por el que pasan los soldados en combate. Saben que una vez que las personas se desgastan y se sienten abrumadas por el miedo, son fácilmente manipuladas. El reinado de Hitler utilizó métodos de adoctrinamiento similares. Todo el establecimiento médico sucumbió a las brutales atrocidades de Alemania contra la humanidad y participó en asesinatos en masa, esterilización forzada e infanticidio. Deberíamos haber aprendido de la historia y, sin embargo, hoy vemos a los profesionales de la salud de Estados Unidos unirse al lado de la mayoría y desconectarse de 100 años de conocimiento médico establecido para participar en el fraude de salud, las vacunas experimentales, los paneles de muerte y el maltrato de los ancianos.

El decreto provocado por el miedo de Fauci de que no habría posibilidad de un retorno al comportamiento social anterior al Covid-19 hasta que se desarrollara una vacuna efectiva funcionó en la población «fatigada». Más del sesenta por ciento tomó la inyección armada. Pero no es suficiente para estos locos en el poder. Su objetivo es vacunar a todos. El bombardeo mediático ahora se acelera a toda velocidad y van tras los no vacunados como los hutus fueron tras los tutsis. Los no vacunados se están convirtiendo rápidamente en judíos con estrellas amarillas, sin ningún derecho a la vida. Con el tiempo no se les permitirá comprar alimentos o recibir tratamiento médico a menos que se vacunen. Si la población continúa ignorando la destrucción de sus libertades, la confiscación de la propiedad privada será la siguiente.

Pre-Psyop

La presidencia de Trump fue un pre-psyop para iniciar la pandemia planificada y cortejar a los seguidores conservadores para que acepten las vacunas de ARNm. Su actuación dio sus frutos. A pesar de la prueba de que las opiniones políticas pasadas de Trump eran liberales, y sus estrechas amistades con los colectivistas, como los Clinton, eran muchas, Trump sedujo a la mitad de Estados Unidos para creer que tenía un cambio de opinión. Sus acciones contradecían sus numerosos y repetitivos discursos que prometían que haría «a Estados Unidos grande de nuevo». El campo conservador cayó bajo su hechizo y se negó a hacerlo responsable.

La pandemia nació bajo la presidencia de Trump. Permitió violaciones constantes de los derechos civiles, ignoró la ley federal y cerró los ojos a los conocimientos médicos al permitir bloqueos inhumanos, cierres forzados de negocios y uso de máscaras poco saludables. Rápidamente introdujo la Operación Warp Speed para facilitar y acelerar el desarrollo, la fabricación y la distribución de las vacunas Covid-19. Activó injustamente a los militares para que participaran en la administración de las vacunas en suelo estadounidense (lo hizo porque los militares están dirigiendo el psyop y financiando a las compañías de vacunas).

Trump no hizo grande a Estados Unidos de nuevo. Bajo su administración, los Estados Unidos perdieron sus libertades y se hundieron en un campo de batalla de división, opresión y anarquía. Su único éxito como presidente fue su astucia para seducir las mentes de su audiencia.

De acuerdo con la ley federal y el informe «Operaciones Psicológicas Militares», es ilegal que el ejército de los Estados Unidos practique operaciones psicológicas en ciudadanos estadounidenses. Hacerlo es una violación de la Ley Smith-Mundt de 1948,que fue aprobada por el Congreso para evitar que el Departamento de Estado use técnicas de propaganda de estilo soviético contra ciudadanos estadounidenses. (Como puede ver, los comunistas han estado trabajando diligentemente para infiltrarse en el gobierno de los Estados Unidos desde 1948). Esta es la razón por la que los informes del DOD solo se refieren a audiencias objetivo «extranjeras» cuando se trata de psyops.

El ejército estadounidense ha estado profundamente involucrado en numerosos psyops ilegales contra civiles durante décadas. Un artículo de la ACLU escrito el 2 de marzo^nd, 2011, por Robyn Greene, titulado, «Los militares pueden estar involucrados en operaciones psicológicas ilegales y propaganda contra ciudadanos estadounidenses», afirma lo siguiente:

On February 23^rd, it was reported by Rolling Stone, that Lt. Gen. William Caldwell, a three-star general in charge of training Afghan troops, commanded his Information Operations (IO) cell to target congressional delegations visiting his base as part of a campaign to manipulate the perceptions and opinions of U.S. senators and representatives through psychological operations (PSYOP).

The US military is no longer following their own laws regarding psyops because the heads of America’s military no longer support American values. The US military is now engaged in an act of war against the American people through their Covid-19 psychological warfare operation. These actions are prelude to restructuring America’s current government for a new global regime; and why DOD is partnered with communist China in the development and funding of Covid-19 mRNA vaccines.

CIA-funded Medical Experiments?

The 1978 Jonestown “religious cult” massacre in Guyana had all the signs of a US government-ordered psyop, led by leader Reverend Jim Jones, a CIA asset who had a lot of connections to upper echelon in government. The public had been spoon-fed a tale that over 900 religious fanatics obeyed the orders of Jones and simultaneously committed suicide by drinking a poisoned punch. But that was no religious group, and most of those people did not die by suicide. The Guyanese chief medical examiner had reported that only 200 might have committed suicide, and the rest had been murdered. The entire “cult” was swaddled in fingerprints of an orchestrated CIA-operation for mind control and medical experiments on American citizens.

A lot was revealed about the Jim Jones’ compound in Michael Meiers’ book, Was Jonestown a CIA Medical Experiment? The complex had its own on-site state-of-the-art medical facilities, and sect members sported hospital-style wristbands. The members looked more like prisoners under medical care, not religious zealots. Jones’ “subjects” were mostly black and included a high percentage of poor women and former prisoners. Obviously, the members did not have the funds to help pay for high-end medical provisions—but someone did.

When Representative Leo Ryan flew to Jonestown with a group of his political affiliates to investigate the speculation of abuse by Jones’ leadership, he and his group were ambushed and gunned down by members of Jones’ cult. Ryan and the CIA had been at odds with each other due to Ryan’s push to keep the CIA transparent, and so suspicion grew after it was discovered that Laurance Layton, the sect member who had shot and killed Ryan, had family ties with the US government and CIA. Laurance’s father not only had involvement in the development of biological warfare and genetic experimentation programs for the US government, but Layton senior had also invested large amounts of money into Jonestown. Laurance’s brother-in-law, George Blakey, was also a known CIA contract agent.

Me quitamos el sombrero ante Leo Ryan. Su muerte desenmascaró el hecho de que el gobierno estadounidense está metido hasta las rodillas en pequeños secretos sucios, pequeños secretos sucios «patentados» que son aún más brutales hoy que hace 40 años porque los experimentos genéticos ahora se están forzando en poblaciones desprevenidas a través de vacunas de ARNm. A través de la implementación de un psyop militar global, los enemigos de Occidente se han colado con éxito por la puerta trasera, no a través de una invasión militar activa, sino a través de un lavado de cerebro encubierto.

Referencias:

https://sustainabledevelopment.un.org/partnership/partners/?id=10860